Ayer, 4 de diciembre, moría Sócrates. Ya lo sabéis
todo sobre él, así que no os voy a descubrir nada.
Se echan de menos futbolistas con pensamientos propios. Si hay en la música, en el cine o en el arte, voces disidentes, ¿por qué no quedan apenas en el fútbol? Sobre todo ahora, cuando más se necesitan esas voces,
cuando el capital está acabando con la democracia.
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